16 de octubre de 2012

BOLETIN DE FORMACIÓN IV: El año de la fe


“EL OLVIDO DE DIOS ES EL ORIGEN DE TODOS LOS PROBLEMAS DE LA SOCIEDAD”

"Occidente vive una especie de apostasía silenciosa"
En su homilía, mons. Juan José Asenjo ha comenzado afirmando que “los cristianos vivimos nuestra fe en Jesucristo en un contexto social de ‘olvido de Dio’ y de profunda crisis de fe, que como afirma el Papa ya no es el presupuesto obvio de la vida de nuestro puebloEn las sociedades occidentales se ha producido una especie de ‘eclipse de Dios’,una evidente amnesia de nuestras raíces cristianas, un abandono del tesoro de la fe recibido, que ha sido el alma de Occidente, y que ha producido una cultura exuberante, la cultura cristiana. Occidente vive en una especie de apostasía silenciosa”. “El hombre se cree autosuficiente y vive como si Dios no existiera”. Con esta frase ha resumido mons. Asenjo el análisis inicial de una situación que se evidencia en la escasa valoración que la religión tiene en la sociedad occidental, donde, por contra, “crece el número de los que se adhieren a las llamadas ‘religiones civiles’, la ecología, el deporte, el culto al cuerpo, etc., que son para muchos como un sustitutivo de Dios. Llama la atención el creciente ‘prestigio’intelectual de la increencia, artificialmente alimentado por algunos medios de comunicación que tienen entre sus objetivos borrar a Dios de la historia y de la ciudad de los hombres”.
“El olvido de Dios es el origen de todos los problemas de la sociedad"
En esta línea, ha subrayado el hecho de que “el olvido de Dios es el origen de todos los problemas de la sociedad, de la insolidaridad y la pobreza, de las crisis familiares, de la soledad y la angustia de tantos hermanos nuestros, del nihilismo de tantos jóvenes sin rumbo y sin esperanza”.
Más adelante ha analizado el concepto de fe, y sus dos dimensiones, intelectual y afectiva. Ha subrayado “la donación incondicional, radical, absoluta e irrevocable a Dios que se nos ha manifestado en Jesucristo” como el “sentido más pleno” de la palabra fe. “La fe –añadió- es un don de Dios, un don gratuito que cada día debemos impetrar”, y que “crece y se mantiene en el trato con Dios”, en la oración. Por otro lado, ha destacado que “la fe sin obras es una fe muerta”, y ha abogado por la “coherencia entre lo que se cree y lo que se vive”.
Otro aspecto de la fe que ha destacado el arzobispo es la necesidad de vivirla en comunidad: “la fe es un asunto personal, pero no es un asunto privado. La fe la recibimos de la Iglesia. Ella es la que la ha trasmitido a todas las generaciones, la ha protegido de falsificaciones y la ha hecho brillar a lo largo de los siglos”. A continuación, el prelado ha apostillado que “si estamos convencidos de que nuestra fe es el mayor tesoro que poseemos, si estamos convencidos de que nuestro encuentro con el Señor es con mucho lo mejor que nos ha podido suceder en nuestra vida, hemos de arder en deseos de gritarlo por las plazas y de compartir con los demás este tesoro: la fe en Jesucristo, fuente de la esperanza que no defrauda”.
"El cristianismo no debe ser tibio"
Finalmente, mons. Asenjo ha destacado un pasaje del Papa Benedicto XVI en la primera sesión del Sínodo de los Obispos, cuando afirmó que «El cristianismo no debe ser tibio, este es el mayor peligro del cristianismo de hoy: la tibieza desacredita al cristianismo». En este punto ha llamado la atención sobre “la necesidad de contar con evangelizadores creíbles, gracias a un testimonio personal y colectivo de vida santa”.