Hace un año que nuestras vidas cambiaron por completo , tal día como hoy todo nos enteramos que un virus (coronavirus) estaba entre nosotros y de pronto el tiempo se paró todo volvió oscuro pero nuestra madre nos protegía desde lo más alto de nuestra parroquia.
Vivimos una cuaresma muy diferente, no pudimos subir a nuestra madre a su majestuoso paso para pasearla por las calles de la Villa la tarde del viernes santo. Tampoco descendimos al señor y no fue llevado al sepulcro. Vivimos la resurrección del señor de una manera muy extraña. En definitiva vivimos una Semana Santa desde el corazón, recordando cada momento de los años anteriores.
El viernes santo fue muy diferente, el silencio se hizo Evangelio y solo fue interrumpido cuando a las tres de la tarde el Muñidor se escuchó en todas las calles del pueblo para anunciar que Cristo ha muerto.
Los más pequeños y a la vez los más grandes pudieron crear su propia cofradía gracias al concurso de desafíos que preparó la Junta Juvenil.
70 días estuvo nuestra madre en lo más alto de la parroquia velando por nosotros.
