En este día luminoso, nuestra mirada se eleva hacia Ella, la Pura, la Limpia, la llena de gracia. Bajo su corona resplandece la ternura de una Madre que no abandona, que acompaña y que guía cada uno de nuestros pasos. Su presencia, serena y celestial, llena de paz los corazones que se acercan a contemplarla.
Hoy celebramos el misterio más hermoso: María, escogida desde el principio, preservada del pecado, espejo perfecto del amor de Dios. Cada año, el 8 de diciembre nos recuerda que la luz siempre vence a la sombra, que la esperanza florece incluso en los inviernos del alma.
Que su manto inmaculado nos cubra, que su mirada firme y dulce nos conduzca, y que su ejemplo nos inspire a vivir con más fe, más entrega y más amor.
#DiadelaInmaculada
#soledadreinadelaalgaba
#JuventudConHistoria
