8 de febrero de 2013

Boletin de Formacion VIII: No Puedo Parar de Crear


Mis queridos amigos, imagino que a los que fuísteis al musical de Juan Pablo II os parecería un verdadero regalo de Dios, al menos a mí me encantó y así me lo han manifestado muchísimas personas, además he tenido la dicha de convivir durante el fin de semana con  esos “actores del Reino” que me han recordado la alegría del Evangelio. Una de las personas que componían el musical, entre bromas y risas, siempre decía: “ no puedo parar de crear”, y curiosamente a eso nos debería llamar nuestra fe, a no parar de crear, desde nuestra esperanza, lazos de unión con los que no creen, a crear desde nuestra experiencia de Dios espacios de diálogo, a crear desde nuestra fe encuentros de oración, de fraternidad, de vida… así, sin darnos cuenta, estaremos colaborando con la tarea de la  Nueva Evangelización a la que nos exhortaba el Santo Padre en su carta Porta Fidei. Permitidme que os haga una pregunta ¿ creéis que vuestra vida evangeliza a los demás? ¿ creéiss que vuestra vida interroga a vuestros vecinos,  familia,  entorno?, ¿ creéiss que la gente al veros, al escucharos, al convivir con vosotros recibe la frescura de la fe? ¿ estáis, estamos colaborando en la acción evangelizadora que la iglesia nos pide?
Nuestra fe nos ha de llevar a evangelizar, y hemos de hacerlo, recordando al Beato Juan Pablo II, con nuevo ardor, es decir,  con el calor que hemos de poner en nuestras palabras. Sobre todo confirmando nuestra palabra con el testimonio de nuestra propia vida. Hablando sencillamente de lo que creemos y porqué lo creemos. Hemos de evangelizar con nuevos métodos, empleando  todos los medios posibles, ya que han cambiado mucho las circunstancias del mundo, y tenemos que introducir el Evangelio en las nuevas formas de vida, ¿ no os parece que de vez en cuando podríamos mandar en el Whatsapp "Dios te ama", o " No tengas miedo Dios está a tu lado? Y , por último, hemos de evangelizar con nueva expresión, porque al hombre moderno le hablamos con lenguaje moderno,  metiéndonos en su propia cultura. Hemos de hablar de Dios como algo tan de nosotros que no nos cuesta hacerlo. 
 
Permitidme que termine mi reflexión de esta semana con una preciosa  historia de una mujer que evangelizaba cogiendo cristales de la playa, sí cristales de la playa. Haber qué os parece:
 
Se encontraba una familia de cinco personas pasando el día en la playa. Los niños estaban haciendo castillos de arena junto al agua cuando, a lo lejos, apareció una anciana, con sus canosos cabellos al viento y sus vestidos sucios y harapientos, que decía algo entre dientes mientras recogía cosas del suelo y las introducía en una bolsa.
Los padres llamaron junto a si a los niños y les dijeron que no se acercaran a la anciana. 
Cuando ésta pasó junto a ellos, inclinándose una y otra vez para recoger cosas del suelo, dirigió una sonrisa a la familia. Pero no le devolvieron el saludo.
Muchas semanas más tarde supieron que la anciana llevaba toda su vida limpiando la playa de cristales para que los niños no se hirieran los pies. 
 
¿ No os parece que evangelizaba?
 
Buena semana a todos. ¡¡ NO TENGÁIS MIEDO!!!
 
Adrián Sanabria.